miércoles, enero 31, 2007

Surrealismo o la conjugación de lo aparente







En un campo de púrpura hierba, los hongos crecen con sus láminas hacia el cielo. Una larga cuerda recorre el paisaje. Cuelgan guerreras de tercipelo verde con adornos de cobre, esperando endurecerse con el viento helado para dirigir los gestos de húsares barbilampiños. En el horizonte, un caballo sin jinete gira en un tiovivo que no para, que no para, que no para. Y cuando la cuerda lo rodea sin apretarlo se anuda para seguir su camino hacia una luz apagada, luz negra que lejos de iluminar oscurece y acalla el ruido provocando el temor al silencio, el miedo a ser sólo uno, el terror a no ser ya.

-Lo mejor de la pesadilla es que hace que despertarse sea un regalo.

Fusco (Magister) dixit.

martes, enero 23, 2007

Solo fuerte






Una ola de frío polar está afectando a Galicia.
Fusco juega con su cubo de Rubik. Yo estoy a su lado, callado, mirando sin ver.

- ¿Te pasa algo?

- No, nada - respondo.

- Por más duro que sea el cristal no deja de ser frágil.


Y mientras dice esto completa el cubo, lo tira al aire para rematarlo con la cabeza. Al caer lo devuelve hacia arriba con la pata trasera izquierda y luego con el rabo para, finalmente, agarrarlo de un salto con la boca. Fusco es muy ágil, no sólo de mente.

sábado, enero 20, 2007

Tratos malos






Leo el periódico: bronca política, muertos de guerras rematadas, muchos más muertos de guerras silenciosas, morbo con sangre, morbo con sexo y televisión; con anuncios.
Fusco lame una oreja a Trapo

- "Denunciado por maltratar a su perro" - leo en alto.

- La crueldad de un amo egoista, se alimenta de la esperanza de un perro leal.

viernes, enero 19, 2007

Mister Io






- Fusco, ¿crees en las meigas?
- Sí, pero haberlas no las hay.

martes, enero 16, 2007

Sobre la vida






- ¿Y si continuamos y hay un precipicio?
- ¿Y si no lo hay?

Los perros hablan a los niños. Al crecer, los niños se vuelven sordos.





Yo no soy tonto. Sé que nadie se cree que mi perro hable, es más, estoy seguro de que casi todo el mundo está convencido de que ningún perro puede hablar.

Yo compartía estos postulados hasta que un día, conduciendo camino de Pais me equivoqué de carretera, y pretendiendo llegar a Lugo aparecí a cinco quilómetros de Pontevedra. Para los que no estén familiarizados con la geografía gallega, les diré que entre las dos ciudades hay algo así como ciento veinte quilómetros de distancia
En la radio del coche sonaba "La caballería rusticana" y justo antes de su "Intermezzo" escuché una voz:

- Si hubieses nacido en el siglo XV, tú habrías descubierto América pretendiendo llegar a Arcade.
Arcade es una pequeña villa famosa por sus ostras y que se asienta en el fondo de la ría de Vigo.


En un primer momento creí que simplemente se trataba de una interferencia de la radio, extraña, pero interferencia de tono grave y dicción cristalina.

- !Qué no te enteras! Estamos perdidos.

Aquello ya no era la radio. Me dio un escalofrío que despertó en mi mente un repaso a toda la semiología psicopatológica. Podría tratarse de una ilusión auditiva, de una pseudo alucinación o incluso una alucinación en toda regla. Fuese lo que fuese no era algo agradable. Entre sus causas podía estar una improbable intoxicación, un tumor que yo visualizaba como enorme y cómodamente sentado en la silla turca o lo peor de todo: esquizofrenia.

- Anda con el "orientado". Ochenta kilómetros por una carretera equivocada...

En ese momento me di cuenta que aquella voz no iba desatinada. Una enorme señal indicando "PONTEVEDRA 6 km" era la prueba evidente de que, en vez de acercarme a Pais estaba doscientos cincuenta quilómetros más lejos.

Orillé el coche. No estaba en condiciones de seguir al volante. Apagué la radio, y por unos instantes me detuve a escuchar mi propia mente. Nada. Pasaron unos minutos hasta que:

- Si vamos a quedar aquí, creo que sería recomendable que te planteases la posibilidad de dejarme salir del transportín.

La voz, más clara en esta ocasión, venía de la parte trasera del coche. Y aquello tenía mucho sentido si Fusco lo estuviera diciendo, pero los perros no hablaban. Bueno, hasta aquel momento.
Abrí la puerta de un impulso y me acerqué al maletero del coche, en dónde estaba Fusco recostado en su transportín. Le miré a través de la rejilla y entonces él volteó la cabeza dirigiéndome su mirada. Elevó los belfos y dijo:

- Amigo. Creías que quedaban pocas cosas que podría sorprenderte. Y cierra la boca, que no soy tu dentista.

- !Tú no puedes hablar!

- ¡Seguro! Ábreme que quiero estirar las patas. Comprenderás que teniendo cuatro las ganas se multiplican...

Abrí como un siervo acostumbrando a obedecer sin matizaciones. Fusco saltó, dio dos vueltas alrededor del coche, se acercó a un árbol y vació su vejiga.

- ¡Ah! Esto es vida.

Cuando hubo acabado se acercó a mi, se sentó doblando sus patas traseras y me dijo.

- Escucha. Los perros hablamos, hablamos todos y hablamos bien. Otra cosa es que queramos que vosotros lo sepáis.

- Bueno, y entonces que haces tú hablando conmigo? ¿Y qué hago yo hablándole a un perro? ¿ Y que hago yo hablando en voz alta? !Dios, me estoy volviendo loco!

- Tranquilo, que esa tarea no está por hacer, hace tiempo que la tienes rematada. Trata de relajarte y escucha con atención.

Fusco se puso solemne y añadió:

- Antes de que vosotros aprendieseis a hablar, y con ello a insultaros unos a otros, nosotros ya conocíamos ese arte. La experiencia nos ha demostrado que es mucho más valioso un buen oído que una maravillosa lengua y es por eso que no la sacamos mucho a relucir. Es nuestro secreto y así seguirá siendo.

- ¡Pues ahora ya no será un secreto!

- ¡Ja ja ja! Mi querido "amo" - esta fue la primera vez que oí lo de amo entrecomillado - un perro no le habla a cualquiera. Ya sabes que somos reconocidos por nuestra fidelidad y en este caso todo perro debe ser un fiel custodio del secreto. Lo que ocurre es que contigo estará bien cuidado.

-¿ Tú crees? - respondí yo, realmente bastante acomodado a la nueva comunicación canino-humana.

- Contextúate. Un tipo que moja las patatas fritas en el yogur, que toma el postre entre el primer y segundo plato, que no sabe el Padrenuestro pero que recita a Shakespeare, que colecciona enciclopedias caducadas, que es capaz de recorrer tres mil quilómetros para averiguar porqué un músico sale sonriendo en una foto centenaria, que cuenta lo coches alemanes que se averían en la autopista, que es capaz de ir tres veces al cine para ver una película sin enterarse hasta el cabo de media hora de que es la misma, que sale de casa con un zapato de cada par, que rema en su piragua a media noche, y así indefinidamente, ya es lo bastante extraño como para ser totalmente seguro. Y si no me crees ve y di a quien quieras que tu perro te habla...

Cuando acabó de decir esto Fusco se metió de un salto en su transportín y me dijo:

- Ahora cambia de sentido, toma la A3. Una vez en Ferrol, tira directo a Pais, y cambia de emisora, por favor.


Yo ya quería mucho a Fusco sin que me hablase. Las cosas como son.




Nota sobre la fotografía: En una ocasión, antes de viajar a París, Fusco me pidió que tratase de fotografiar la estatua de Fuuf, el perro que, según parece, ayudó a diseñar Notre Dame. Lo busqué entre las esculturas de la fachada y allí estaba. Observen lo que hace con su pata.

lunes, enero 15, 2007

Zouk y educación






Anoche, cuando regresaba a casa, vi a un perro paseando a uno de mis vecinos. Era un mestizo canela del tamaño de un pastor alemán. El perro llenaba la calle con su presencia y paso firme, orgulloso sabedor de su destino. Mi vecino, patético y arrastrado por una cuerda, daba grititos dirigidos al indiferente can.

- ¡Ya! - interrumpe Fusco - Intentando someter a un perro educado.
- ¿Educado?
- Muchos humanos creen que un perro educado es el que levanta la pata. Nosotros descubrimos hace años que el respeto y la cesión son la mejor educación. Uno se enriquece siendo generoso.
- Ya - añado mientras pienso.
- Anda, pon zouk. Hay que mover el rabo.

NOTA: El zouk es un ritmo afrocaribeño, típico de las Antillas francesas. Es la fusión del biguino de Guadalupe, de la salsa de Cuba, la kompa de Haiti, y del Kizomba de Angola.
Se baila entre un hombre, que toma a la mujer por la cintura y una mujer que pasa su brazo por el cuello de su pareja. Fusco lo baila solo. Se yergue sobre sus patas traseras y marca el ritmo con la cola. En ocasiones da una sorprendente voltereta para, a continuación girar sobre una de sus patas delanteras. Su expresión es de felicidad.
El zouk anima el espíritu.

viernes, enero 12, 2007

Felicidad






´
Fusco y yo nos vamos a Portugal. Allí también trabajaremos para ser felices, aunque apenas será necesario.

martes, enero 09, 2007

Vértigo






Apremio, temor, angustia, precipicio, amenaza, aturdimiento, zozobra, recelo, ánsia, desesperación, tristeza, caos, congoja, pánico, aturdimiento, coacción, abismo, sospecha, desasosiego, alarma, desconfianza, sima, atosigamiento, soledad, alienación, vértigo...


... Fusco.

domingo, enero 07, 2007

Nudos borromeos





El nudo borromeo se llama así porque el clan italiano de los Borromi lo adoptó como escudo de armas en el Renacimiento. Adorna con profusión su lujoso palacio en las afueras de Milán. El nudo, que consiste en tres anillos unidos de tal modo que si uno se rompiese los otros dos se separarían, no es una invención de esta poderosa familia. Ya se venía utilizando para simbolizar la Trinidad desde la alta edad media. Además se han encontrado muestras en petroglifo escandinavos del siglo VII. Al psicoanalista Jacques Lacan, muy observador, le pareció que era la representación más adecuada para relacionar los elementos de su modelo topológico: lo real, lo imaginario y lo simbólico.


- Es mucho más sencillo que eso, - apunta Fusco - todo el mundo sabe que, desgraciadamente, nunca hay dos sin tres.

Y cada vez hace menos frío en invierno.

Los perros en Lisboa miran por las ventanas





Fusco me había comentado que los perros en Lisboa solían mirar por las ventanas. Según él, esa costumbre la adoptaron sus antepasados portugueses en sus viajes a Goa. No sé si será verdad o una prueba más de la desmesurada imaginación de mi amigo, pero el caso es que, efectivamente, los perros en Lisboa se sientan a contemplar la calle desde las ventanas.

Y de eso yo he aprendido que, a veces, es mejor observar la realidad desde el otro lado de un cristal, simplemente para que el viento, el ruido o el frío no te distraigan.

jueves, enero 04, 2007

Caminando por el lado salvaje






A Fusco le gustan mucho las mujeres. No, las perras no. Bueno, no quiero decir que las perras no le gusten. Las perras le gustan, sobre todo las perras galgos. Lo que quiero decir es que le gusta mucho la mujer, como a mi.

-¿Te gustaría que tu "amo" fuese una mujer?
- Me gustas tú. A veces es mejor que el cielo esté nublado para que se dibujen mejor las siluetas.

miércoles, enero 03, 2007

Des a sosiego





Hay muchas cosas que me inquietan. Creo que cada vez son más.
Supongo que se debe a que la edad hace que lo que antes era simplemente posible ahora es probable.
En ocasiones puedo sentirme nervioso y a veces hasta angustiado. Cuando esto ocurre no hay nada mejor que un largo paseo por la montaña en compañía de Fusco.

- Un hombre sabio, al adentrarse en el futuro no halla sino desasosiego. Un perro sabio, sabiendo esto, prefiere mirar el bosque.

Y mientras Fusco habla la niebla cubre unos árboles.

One half of me is yours

One half of me is yours, the other half yours
Mine own, I would say; but if mine, then yours,
And so all yours.

Fufff by S.

martes, enero 02, 2007

Otro año más





Mi querido Fusco.

Como cada año, te envío esta postal con mis mejores deseos para el año que comenzamos.

Sé que a veces no me he portado bien contigo En ocasiones te he dejado demasiado tiempo en el coche, y en otras he sido demasiado estricto con tu dieta. También quiero pedirte disculpas por apurar el paso cuando tú te deleitas con los olores de las esquinas o los misteriosos efluvios de los neumáticos de los coches aparcados. Prometo intentar enmendarme.

Deseo que este año sigamos compartiendo tan buenos momentos como en los pasados, que nos podamos reír del mundo y de nuestras propias locuras, pero lo que más anhelo es que continúes a mi lado a pesar de los malos humores, las decepciones y las preocupaciones que, sin ninguna duda, también aparecerán durante estos próximos meses.

Es tu mirada limpia, tu falta de prisa cuando se trata de hacerme compañía, y tu capacidad para percibir cuando no estoy del mejor humor lo que hace que te considere tan especial y sobre todo mi camarada en esta curiosa contienda en la que es necesario ganar todas las batallas para estar preparado para, finalmente, perder la guerra.

TuYo.
M.

P.D. También te quiero por lo listo que eres, pero eso es lo de menos.