Sobre la muerte
Esta mañana Fusco está somnoliento. No le preocupa; puede dormir lo que quiera durante el día. Yo lo noté porque cuando está cansado apenas habla. Después de dos tres cuartos de hora, me decidí a preguntarle. Siempre me cuesta preguntarle cuando está callado. Uno se arriesga a que le regale un bufido.
- Fusco. ¿Tú crees que hay vida después de la muerte?
- ¿ Y para qué? - respondió.
Alguien podría pensar que Fusco no es un Labrador, pero de lo que no hay ninguna duda es de que es gallego.