sábado, abril 28, 2007

Identidad reconocida, soledad aniquilada





Mañana de sábado; tributo a la pereza.
Timbre inoportuno. Un mensajero me entrega un enorme paquete, como una caja de zapatos a escala multiplicada.
Las sorpresas siempre me gustaron. No hay remite, no hay peso.

La abro lentamente. Curiosidad emocionada. Nada. Frente fruncida de extrañeza.
Vacío empaquetado. En el fondo una nota adherida.


"Atención: contiene un sentimiento. Muy frágil, puede voltearse, pero trátese con cuidado"


Fusco duerme. ¿Ausente?

lunes, abril 23, 2007

Espera recompensada





Fin de semana completo.

Viernes: conferencia sobre la influencia de las ondas electromagnéticas en los mecanismos de orientación de las apoideas. Fusco conmigo.

Sábado: reunión de la comunidad de propietarios. Se trata la propuesta de colocación de un reemisor de telefonía móvil en la azotea. Fusco y yo pensamos en las abejas y votamos en contra.

Domingo: yo me voy en bicicleta. Fusco prepara unas chuletas, dos botes de tónica, una peonza y una manta y se va al río a vaguear la tarde mientras me espera y espera los resultados de las elecciones francesas.

De regreso a casa, nos encontramos con una novia de adolescencia. Hace dieciséis años que no la beso. Fusco olfatea.

- ¿Qué has hecho en todo este tiempo?
- No mucho; ya ves - señalo a un Fusco distante.
- ¿Me amaste?
- Con intensa devoción.
- Yo a ti no. Ha merecido la pena esperar para decírtelo en persona.

Y colocando unas enormes gafas de sol sobre su helénica nariz, se da media vuelta provocando una huracanada corriente de aire cargada de subyugante olor a perfume de pensamientos y violetas.

- ¿Crees que ha dicho la verdad, Fusco?
- Exactamente en la misma medida en que tú no le has mentido - sonríe - Anda, vamos a casa, y recoje el ego que se te ha caído junto al zapato.

Nada más entrar, Fusco enciende el televisor. Yo pienso.

jueves, abril 19, 2007

Azul






A Fusco le apasionan las salchichas alemanas, aunque he notado que también le gustan las húngaras, las suizas, las polacas, las moldavas y las austríacas.
Si le das un salchichón también se lo come.

- ¿Cuál es tu salchicha favorita, Fusco?

- Siempre la que me estoy comiendo.


Pero yo desatiendo, porque en la caída del sol una azulada luz me sorprende.

Azul; como el Olimpo.

martes, abril 17, 2007

Divinas sonrisas





Fusco está raro. Cuando duerme sonríe, y en cuanto se despierta come, se pega un pedazo de trago de agua fresca, da dos vueltas sobre su eje y se deja caer con todo su peso sumiéndose nuevamente en un sueño que, como por arte de magia, vuelve a dibujar una sonrisa en su enorme rostro.

Si en la breve vigilia le pregunto qué es lo que le ocurre él me mira, suspira y sin mucho interés me dice que ya hablaremos después de la siesta.

lunes, abril 09, 2007

Regreso anunciado





Fusco está de vuelta.

- No te has apresurado en tu regreso.

- No tenía que hacerlo. Los verdaderos amigos siempre están.