jueves, mayo 24, 2007

Manifiesto vital




Hoy estoy triste.

La vida se ha manifestado una vez más con toda su fuerza demoledora, como siempre sin decoro, ante los ojos de mi amigo.

El dolor cuando intenso es hueco. Miles de afiliadas agujas de hielo se clavan en tus entrañas para desaparecer en cuanto te desgarran dejando nada que atrapar, nada que curar, simplemente vacío. Hoy lo he visto una vez más, lo he sentido cerca, próximo, tan familiar como temido, declarándose con arrogancia el amo del alma de quien yo quiero.

Y es la egoísta necesidad de aliviarle la que me obliga, en empresa deseada, a compartir ese sentimiento, a intentar ingenuamente que los dardos que le acuchillan los reparta conmigo, ofreciéndole una mano que, en gesto mudo grita que deseo un poco de su angustia, con la ingenua esperanza de que con ello el dolor, al dividir sus fuerzas, acabará debilitándose. Pero el dolor vence, el dolor se burla como el anzuelo lo hace del pez, que intentando librarse del mortífero acero no hace sino suicidio de sus ansias de vivir.

Hoy no es día de soluciones ni de análisis argumentados, es el momento del sufrimiento. Hoy es la fiesta del desconsuelo. Callemos, dejémosle que se nutra, que nos posea y lo haga pronto, porque el dolor, cuando es de verdad, sólo se muere de saciado.


Fusco me huele triste, me sabe triste. Mire a donde mire encuentro su mirada. Quiere que sepa que no estoy solo.

8 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

cierto. cuando el dolor alcanza a quien quieres, duele. pero no lo suficiente como para aliviarte. porque a veces el dolor alivia. porque uno cree que su dolor alivia el del otro, pero no es cierto...cada cual lleva el suyo propio...es intransferible. y ahí radica la paradoja, ahí el desconsuelo y la impotencia.

12:57 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Fusco tiene suerte de poder estar cerca de tí para con su mirada,hacerte notar que participa de tu dolor.Justo a su lado, aunque no me veas estoy yo...A lo largo de mi vida he descubierto que ante la impotencia al no poder evitar el dolor a las personas a las que quiero, lo único que me consuela es poder abrazarlas en silencio, sin tener que decir nada,porque no sé nada que decir.Ni siquiera el dolor propio llega a paralizarme, como el pez puedo revelarme y luchar aunque el daño sea mayor,pero...cuando el dolor es en el otro...es dolor, impotencia y a veces...rabia.
Ml bslls... con todo mi cariño.

3:20 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

No encontraría por mas que buscara, mejor manera de expresar un sentimiento compartido y tan intenso por un ser querido.
Entiendo esa forma de sentir, porque así lo he vivido en ocasiones, pero lo que nunca supe fue expresarlo así al que sufría.
Lamento no haberte conocido antes.
Ante todo lo demás.. solo nos queda asumir!
No estás solo, ni Fusco tampoco!

7:11 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Impresionante descripción. El vigía es un gran escritor.

8:53 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

No conozco dolor más agudo que el de la despedida de un ser querido.

Cuando aun no me había tenido que enfrentar a él, me lo imaginaba y me parecía insoportable.
En el momento que me tocó vivirlo descubrí que lo tremendo es que sí se soporta.
Tu cuerpo sigue amaneciendo. Abres los ojos y te sientes culpable por seguir respirando. Cada segundo de consciencia notas un nudo en la boca del estómago y te preguntas cuándo se irá. Buscas señales, coleccionas olores, atesoras restos y te empeñas en no olvidar.
Es bien cierto que no alivian los argumentos razonados y que sólo el agotamiento calma ese dolor.
Alternas lloros con enfado hasta que alcanzas la insensibilidad deseada.
Los días se suceden y las noches cuestan un poco más pero, en algún momento, descubres que has perdido el miedo a olvidar y aprendes a vivir extrañando.
Llegados a este punto, el nudo del estómago se deshace y el que se ha ido regresa un poco, o al menos, ya no lo sientes tán lejano.

11:59 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Si quieres poder soportar la vida, debes estar dispuesto a aceptar la muerte.Freud

4:52 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Vivir no es sólamente soportar.
Es bailar, callar, dormir, saltar, enfadarse y enfadar, tomar el sol, caminar, reir, vaguear, perder el tiempo, llorar, acertar, aburrirse, desengañar, viajar, enfermar y curarse, nadar, cantar, mentir, escuchar, cocinar y comer, equivocarse, leer, regalar, discutir, descansar, desenamorarse y volver a amar, trabajar, pensar, perder el autobús, despedirse, escribir cartas, oler, gritar, sorprenderse, correr, quemarse, beber, jadear de vez en cuando, chocolatear, escribir a los RRMM, herir y ser herido, rozar, soñar, impacientarse, pintar, esperar, abrazar................................................................................y también morir.

Cuando yo me vaya, me gustaría que, a aquellos a los que amo, no se les olvide esto.

12:02 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Cuando me pasó a mi, lo sentí asi. Gracias por saber como ponerle letra

11:39 a. m.  

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