miércoles, mayo 02, 2007

Mensaje encriptado





A veces la paradoja nos sorprende, como la caída una nevada en el mes de mayo. Quizás todo sea un truco para obligarnos a sentar frente a una chimenea, encender el fuego y esperar a que las llamas den lugar a la parpadeante luz de las brasas, que aniquilando las palabras, despierta a la razón.

Y es entonces, tras unos minutos, cuando el crujido de la piña descompuesta remarca el silencio y la madera incandescente refleja el sol, que me doy cuenta de que por un instante el tiempo no existe y entonces, como si de de un perverso artificio se tratase, veo con claridad que todo es nada y que nada es todo.

Y tras permitir que el calor amigo nos alivie del peso de la bota húmeda, Fusco y yo, nos levantamos. Yo sonrío y él mueve el rabo; estamos contentos. Ninguno de los dos ha perdido la esperanza.

6 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Mi duda es si las piñas arden bien, y aprovechando la fotografía te quería preguntar para mi blog sobre turismo rural que estoy preparando.

Luis Alfonso de B.

6:10 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Pasada de foto, pasada de texto.

8:36 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

La nada y nada ( ninguna cosa )no son lo mismo,NADA no puede existir puesto que todo forma parte de la realidad,y por lo tanto existe y ya no es ( ninguna cosa ).LA NADA, en cambio si existe y es inseparable de la realidad, es la realidad que no conocemos.Si dejamos la mente en blanco,la única manera de logralo es viendo la nada, y para eso no hemos sido adiestrados.Se trata de conseguir ese punto en el que seamos capaces de mirar a la nada y verla

9:02 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Fuego, lo más elemental lleva a lo elemental. Desde los confines del tiempo, fuego hipnotizador, fuego transparente, fuego parpadeante, fuego...
Fuego y tiempo son lo mismo y nada. ¿Todo y nada? Se consumen sin percepción. Hasta que...conciencia. ¿Fusco tiene conciencia de sí mismo?

9:51 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Dios mío que profundo!

¿Y no será simplemente que el "amo" se ha dado cuenta de que algo que tenía por cierto, no lo es?

10:26 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Una fotografía espectacular. El color del fuego es intenso, arropador, cálido, de gran intimidad. Invita a una larga jornada de silencio. Nada es necesario alrededor. El color del fuego y su sonido transporta a otra dimensión. Es sublime. Es un momento de trascendencia.

11:46 p. m.  

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