jueves, marzo 19, 2009

Divina osadía






La ojeras pueden llegar a la barbilla. Lo descubrí esta mañana cuando pude verme a través de unos ojos cansados enmarcados por un rostro cetrino.

Tengo en mi bolsillo el informe de alta. Apenas puedo caminar. Fusco se pega a mi pierna. El jardín del hospital se me hace tan difícil como atravesar la selva de las Yungas.

- No sirvo para nada. Estoy roto. Me peso, no puedo con mi tristeza. Me quiebro como un tronco seco a punto de desplomarse.

Fusco me escucha con atención sin dejar de otear a su alrededor. En escena, muy al fondo, aparece una mestiza plateada.

- ¡Qué agonía! Apenas puedo caminar. El dolor me ha descubierto partes de mi cuerpo que ni siquiera intúia que existían. No sé si podré sobreponerme a esto.

- Si, pero aún nos queda la esperanza

Y mientras habla, Fusco emprende carrera y se adelanta a dos rotwailers, un mastín argentino, un gran danes y una pareja de airdale terrieres, alcanzando a la mestiza que le saluda con el rabo. Yo sonrío.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Y cuando crees que has acabado tu carrera.. no es el final, solo una de las fases.
Vuelve a tomar aire y como Fusco recupera la forma.

P.S: me gusta mucho la canción.

12:01 a. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio