Los perros en Lisboa miran por las ventanas
Fusco me había comentado que los perros en Lisboa solían mirar por las ventanas. Según él, esa costumbre la adoptaron sus antepasados portugueses en sus viajes a Goa. No sé si será verdad o una prueba más de la desmesurada imaginación de mi amigo, pero el caso es que, efectivamente, los perros en Lisboa se sientan a contemplar la calle desde las ventanas.
Y de eso yo he aprendido que, a veces, es mejor observar la realidad desde el otro lado de un cristal, simplemente para que el viento, el ruido o el frío no te distraigan.
3 comentarios:
Otras veces es mejor mojarse que esperar a que escampe, ya lo dijo él en otra ocasión, ¿a que temes?es solo agua o solo viento. Como todo, depende del cristal a treves del que mires.
No tiene por qué ser una cuestión de temores sino de perspectivas.
A veces no se vivir sólo con cinco sentidos y, en otras ocasiones, me sobran cuatro.
Es demasiado bonita la sensación de la llovizna en la cara...del viento que te despeina sin tu permiso ó sencillamente de cualquier otra incomodidad por incómoda que parezca, si realmente consigue distraerte aunque sea sólo por unos segundos...La realidad es demasiado bonita para perdérsela, aunque a veces nos duela...aunque sólo sea por unos segundos.
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