jueves, diciembre 21, 2006

Irlanda rememorada

Pais es acantilados, verdor y mar furioso. Es lógico que recuerde a Irlanda. Hace unos días, caminando por los acantilados del norte, Fusco me preguntó en que estaba pensando. Le contesté que había estado en Irlanda hacía unas semanas y que el paseo no hacía sino traerme a la memoria imágenes de aquel país. Mi respuesta, como siempre, no pareció satisfacerle, y me pidió que me extendiese. - Irlanda es como una Galicia mimada. Los carreteras se diseñan en función de las montañas, los ríos y los valles. Las agujas de las torres de sus iglesias siguen dominando el horizonte de sus ciudades. Pasear por sus pueblos y aldeas aniquila el menor vestigio de indiferencia. El aire es tan limpio que las esencias asaltan tus sentidos, y el mar... El mar parece que mece la isla en su regazo, acariciándola, como si se tratase de un delicado infante. Hasta las nubes parecen enchidas de vida en el cielo irlandés, dibujando historias de dragones, gnomos y princesas encantadas. Sus arroyos... - ¡Para ya! - me espetó Fusco - No hay duda de que estuviste bien acompañado. Y diciendo esto apuró el paso para seguir a una ardilla.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me temo q esta vez Fusco puede estar equivocado;yo he estado en Irlanda hace algo más de un año y o ha cambiado mucho o no es necesario estar acompañado para sentir como el mar te susurra dulce palabras al oído, o el olor de la hierba recién mojada te embriaga.Sólo tienes que dejarte llevar y ella te envolverá en sus brazos.

12:02 a. m.  

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