domingo, diciembre 04, 2005

Primeras advertencias.



Fusco me saludó efusivo esta mañana. Fueron varios días sin verme. Me preguntó cómo estaba Londres y se interesó por el efecto del peaje en el tráfico del centro de la ciudad. Apenas comencé a explicarme me dejó con la palabra en la boca, y se fue con sus compañeras a ver no sé qué.

-Siempre hay metales más magnéticos, amigo - me dijo.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Está claro que esta actitud te permite disfrutar de la vida alegremente, sin pensar en nada más.

Quizás esté muy susceptible hoy, pero es que parece que ni hasta nuestro mejor amigo canino se declina por la lealtad.

¿Actuará por instinto o lo habrá aprendido de los humanos?.

9:36 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Sin duda estás susceptible hoy y seguramente hasta tendrás motivos.
Pero no olvides que la lealtad está por encima de encuentros y supone mucho más que escuchar el relato de un viaje.
En mi opinión es una cualidad humana que, en casos extraordinarios, comparten algunos otros animales.
Tal vez si tu amigo te hubiese presentido triste, falto de su compañía y no sólamente "recién llegado", no se hubiese dejado "imantar".
En cualquier caso, nunca apostaría en un duelo entre lealtad e instinto. No se lo reproches y llámalo hoy. Besos.

9:04 p. m.  

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