Homenaje a la montaña

Caminamos por la Riveira Sacra. Llegamos a una loma desde la que se podría ver a dieciocho kilómetros y doscientos metros Castro Caldelas y a treinta y cuatro kilómetros y setecientos cincuenta metros Monforte de Lemos. Digo se podría ver porque una densa niebla lo cubre todo haciéndonos sentir como si fuésemos dos boyas flotando en un océano de espuma de afeitar.

- La observación de la naturaleza me empapa de lo sublime y me reubica en el universo - me relamo y continúo - Convierte en ridículas y mundanas mis aspiraciones más elevadas y me transporta a un espacio sin tiempo y a un tiempo sin espacio...

- A mi también - añade Fusco - exactamente hasta el momento en que me ataca el apetito.